Un horizonte
A oscuras y a lo lejos,
la recta difusa que rodea el infinito
surgido de un corte de diamante que cruza espejos;
donde convergen dos labios que murmuran agua y cielo,
la frontera perpetua, antesala de bastidores,
donde el solecito nace y la luna oculta
su alcoba coqueta;
donde los albatros callan y meditan,
y escupen el éter eterno.
Trama arriba de muros
que acaban en un suspiro
convencido y lúcido.
Bajo gritos con vida,
frente huidiza sin tomar medidas,
hay una escalera que lleva al cielo
y otra hacia el lugar donde todos mienten.
¿Subirás?¿Podrás subir?
Acepta un pitillo a mitad de camino,
nunca sobra una chupada de paz.
El mundo que nos mira desde un ojo de cristal
nos ve a través de algún cuerpo
que planea derribado entre flores de horchata.
Aquel cura comiendo solitario ante el mantel,
sé que nos criticaba.
Codiciado objetivo por piratas
de los siete mares feroces;
bisel profundo y mellado intermitentemente.
Mirilla fisgona del Dios más discreto de todos.
Aduana de almas que pagan el precio de ver la mar verde
o el cielo en celo sin motivo definido,
sin rabia concreta, hoy,
hacia Fantasía.
Saturday, 14 June 2008
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